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TU TERNURA MOLOTOV

Uno de los actores más notables de su generación

Autor: Gustavo Ott / Dirección: Haysen Percovich / Lugar: Auditorio del Centro Cultural El Olivar

Publicado: 2013-08-31




Pietro Sibille es uno de los actores más talentosos de su generación. Acostumbrado a registros más bien dramáticos, su energía actoral, como el ególatra abogado Daniel, se revela en arrobamiento escénico y despliega pericia a borbotones. En este estrambótico juego de pareja, bajo el pretexto de tener un hijo con supuestas técnicas científicas, el pasado (todos tenemos algo que esconder) regresa con crueldad y su peligroso vértigo de derrumbarlo todo. Tan exitoso como racista Daniel, al igual que su histérica esposa periodista, Victoria (Mónica Rossi), son sorprendidos en plena faena amatoria (toda una brillante sátira de Ott a la escatología sexual y materna) con la llegada de un extraño paquete enviado nada menos que por el FBI.

De pronto el pasado vuelve con su fiereza. Victoria, en sus juveniles como estúpidos años, era una seudohippie y se había casado. Solo que el primer esposo era un terrorista árabe perteneciente al Hamas. No solo eso, sino que la extravagante periodista, también habría participado con entusiasmo. Esta noticia, para este matrimonio hispano que vive en USA, con toda esa paranoia gringa detrás, puede significar el colapso nupcial pero también su derrumbe de lo que han construido de ellos mismos como profesionales triunfadores. Han hecho su presente sobre la bazofia del pasado. Toda una metáfora de nuestras propias vidas. Lo que sigue, lógicamente, es la tensión, en clave cómica, del contrapunto de Victoria por mantener la credibilidad primero y luego el afecto, mientras que Daniel se devela temeroso e iracundo, sospechando que su propio sanguinario pasado puede también regresar. Y regresó. En otro paquete de correo, enviado igual por la Agencia de Inteligencia, con su acosadora omnisciencia, aparece una colcha infantil ensangrentada que desencadena un lejano asesinato y la inacción culpable de Daniel. Aún hay algo de moral, lo cual indica que su cinismo no es perfecto, que no siempre se puede ocultar el martirio.

El manejo directoral de Percovich, con algunos excesos dramáticos (el caso de las escenas eróticas iniciales o las reflexiones desproporcionadas de los actores introduciéndose entre los espectadores), es correcto, cumplidor, ágil y bien sobrellevado por la pareja, en la que Rossi se va sobreponiendo del vendaval escénico inicial de su antagonista. Una de las mejores puestas del año.


Escrito por

Rubén Quiroz Avila

Crítico teatral.


Publicado en

Teatreando

Este es un espacio sobre crítica teatral peruana.